
27 May Un divorcio cualquiera
La pareja llevaba tiempo rota. Maite y Luis no se sentían compañeros desde hacía mucho y eso les estaba llevando a situaciones muy tensas porque las pequeñas diferencias en la convivencia se hacían un mundo y desencadenaban en discusiones constantes. Cada uno de ellos sufría y no paraba de darle vueltas a la cabeza, la angustia era cada vez mayor. Eran conscientes de esta situación pero no sabían gestionarla. Fue ahí donde a Luis un compañero de trabajo le contó su experiencia con la mediación familiar y éste contactó con una mediadora.
La mediadora le dio una cita y en la reunión le escuchó y le explicó cómo es el proceso. Papel y boli en mano, ella le contó las fases de la mediación, los temas de los que hablan y cómo trasladar los acuerdos al juzgado hasta obtener la sentencia de divorcio. Es sencillo y en dos meses puede estar todo el proceso terminado.
En este caso Luis y Maite necesitan organizarse con sus hijos de 6 y 9 años, saber dónde van a vivir y cómo repartir sus bienes. La mediadora le dio tranquilidad explicándole las opciones legales de custodia para que tengan toda la información.
Luis se quedó más tranquilo después de esta cita y se lo trasladó a Maite. Ella se reunió con la mediadora y le contó sus preocupaciones, le preguntó todas sus dudas y salió convencida de que la mediación familiar era sin duda el mejor camino.
La primera sesión conjunta empezó un poco tensa, ambos llegaban nerviosos y con la mochila llena de objetivos por cumplir. Pero la perspectiva cambió a lo largo de la hora y media que estuvieron allí. La mediadora les dio pautas de comunicación, no se interrumpían y se escuchaban de verdad. Las preguntas que les hacía les llevaron a enfocarse en construir un futuro en el que sus hijos están bien, cuidados y felices con su padre y con su madre. Poco a poco fueron organizando su día a día, centrándose en lo importante y vieron que era posible.
Salieron contentos de esta reunión, con muchas cosas organizadas respecto de sus hijos, habiendo tomado la decisión de que Luis se quedara la casa y le pagara a Maite la mitad con lo que se compraría una casa en el barrio y así los niños podrían estar con los dos sin problemas y no cambiar sus rutinas de cole y amigos.
Les dieron la siguiente cita para el 20 de marzo de 2020, en la que concretarían vacaciones y empezarían con los gastos de los niños; se llevaron deberes, hacer una lista de gastos de los peques y tasar la vivienda.
Estaba todo encauzado cuando, casi sin previo aviso, se decretó el estado de alarma. Se suspendió esa cita por la incertidumbre generada lo que generó una gran impotencia en Luis y Maite, pero la mediadora lo organizó para continuar a través de videoconferencia.
Y así se realizó la mediación online con tres citas conjuntas (celebradas cuando los pequeños no podían escuchar, siempre adaptándose a las necesidades de la familia) en las que acabaron de fijar la organización con sus hijos, determinaron la contribución a sus gastos y liquidaron la vivienda y demás bienes de la pareja. Redactaron un Acuerdo de Mediación, lo transformaron en Convenio Regulador para poder presentarlo en el juzgado y los firmaron a través de firma electrónica.
Cuando abrieron los juzgados el 27 de abril, la mediadora que también es abogada, formalizó la demanda de divorcio mutuo acuerdo y solicitó que las medidas derivadas del mismo fueran las decididas por Maite y Luis en la mediación familiar. En breve tendrán la sentencia pero no les preocupa porque, desde la firma del acuerdo, a mediados de abril, ya están organizados aplicando las medidas acordadas, Maite ha aprovechado la casa vieja de sus padres pero ya le ha echado el ojo a un piso nuevo que le entregarán en un par de meses, después de verano todo listo.
Esta es una historia real con nombres falsos, y podría ser la historia de muchas parejas que ya estaban rotas o que se encuentran ahora en plena ruptura. Debemos ser conscientes de que el estado de confinamiento es una situación extraordinaria que va a dejar un lastre importante, muchos más conflictos y problemas económicos en las familias. Sin duda la mediación, online o presencial es una gran ayuda para todas estas parejas.
No lo dudes, estamos para ayudarte, llámanos y consulta cuál es el camino, te acompañaremos en todo el proceso info@gestiondeconflictos.es
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